25 de nov. 2009

Errare humanum est, perseverare autem diavolicum

Errare humanum est, perseverare autem diavolicum

Amb aquesta Església prendrem mal. Els jerarques de l'Església catòlica espanyola haurien d'entendre que haurien de mantenir-se al marge de la política, està molt bé que vulguin ser guies dels seus fidels però no poden ser guies de tota la població ja que no vivim en una teocràcia.

El cardenal arquebisbe Lluís Martínez Sistach afirma que “el Congrés (dels Diputats) es pot equivocar”. Certament els diputats es poden equivocar i el cert és que s'equivoquen més que l'encerten, però això és perquè són persones, els bisbes, que encara que algú ho pugui dubtar també són humans i que per tant estan exposats a la mateixa fal·libilitat de la resta dels humans, però si els polítics s'equivoquen sovint, són els bisbes els que semblen insistir en l'error en no acceptar el fet que ells no tenen la veritat absoluta tot i afirmar que així és.

L'error més greu és aquesta insistència en voler marcar les directrius als governs, en beneir-los pels quatre costats si segueixen la seva guia i en condemnar-los a l'infern si el manaire de torn no obeeix al cardenal de torn.

Té raó quan diu que vivim una crisi econòmica però el fet que hi hagi una crisi no vol dir que no es pugui legislar sobre altres assumptes, el govern i els diputats no poden centrar-se en només un assumpte. La crisi és un problema important, molt important, però no n'és l'únic.

Diu el cardenal Martínez Sistach que el tema de la llei de l'avortament no estava en el programa del govern. Al marge que això sigui cert o no, els governs han de solucionar – o intentar-ho – a mesura que els problemes sorgeixen. No poden dir que com que no estava previst en l'agenda ja ho arreglaran un altre dia.

Amb motiu dels debats sobre el projecte de la llei salut sexual i reproductiva i interrupció voluntària de l'embaràs al cardenal Martínez Sistach se li ha ocorregut dir que l'avortament “no pot ser un dret” perquè “suposa interrompre una vida humana”.

Afirma que “no és un tema d'ideologia, sinó de fons, el tema de la vida no és de dretes ni d'esquerres”. No, es tracta d'un assumpte sanitari i que afecta la dona, una part de la societat per la qual l'Església no ha tingut gaire respecte al llarg de la seva història. L'Església continua pensant que la dona és inferior i que no ha de poder decidir sobre ella mateixa. Entenc que l'Església al·legui que defenen la vida humana, la del no-nascut, perquè és evident que la de les dones als senyors bisbes els preocupa molt poc. Per l'Església la dona és només un objecte reproductiu, l'estigmatitzen i la condemnen a l'infern si tracta de sortir-se del camí marcat. Si, els diputats s'equivoquen, i ho fan més vegades de les que ho haurien de fer, però als diputats els escollim nosaltres, als bisbes no, i els bisbes també s'equivoquen, la gran diferència és que mentre els diputats a vegades reconeixen l'error els bisbes insisteixen en l'error fins a l'infinit. Errar és humà, però perseverar en l'error és diabòlic. I no és gaire bonic que aquells que diuen ser ministres de Déu exerceixin de serfs del diable.

Errare humanum est, perseverare autem diavolicum
Con esta Iglesia nos haremos daño. Los jerarcas de la Iglesia católica española deberían entender que deberían mantenerse al margen de la política, está muy bien que quieran ser guías de sus fieles pero no pueden ser guías de toda la población ya que no vivimos en una teocracia .
El cardenal arzobispo Lluís Martínez Sistach afirma que "el Congreso (los Diputados) se puede equivocar". Ciertamente los diputados se pueden equivocar y lo cierto es que se equivocan más que aciertan, pero eso es porque son personas, los obispos, que aunque alguien lo pueda dudar también son humanos y que por tanto están expuestos a la misma falibilidad del resto de los humanos, pero si los políticos se equivocan a menudo, son los obispos los que parecen insistir en el error al no aceptar el hecho de que ellos no tienen la verdad absoluta pese a afirmar que así es.
El error más grave es esta insistencia en querer marcar las directrices a los gobiernos, en bendecirlos por los cuatro lados si siguen su guía y en condenarlos al infierno si el mandón de turno no obedece al cardenal de turno.
Tiene razón cuando dice que vivimos una crisis económica pero el hecho de que haya una crisis no significa que no se pueda legislar sobre otros asuntos, el gobierno y los diputados no pueden centrarse en sólo un asunto. La crisis es un problema importante, muy importante, pero no es el único.
Dice el cardenal Martínez Sistach que el tema de la ley del aborto no estaba en el programa del gobierno. Al margen de que esto sea cierto o no, los gobiernos deben solucionar - o intentarlo - a medida que los problemas surgen. No pueden decir que como no estaba previsto en la agenda ya lo arreglarán otro día.
Con motivo de los debates sobre el proyecto de la ley salud sexual y reproductiva e interrupción voluntaria del embarazo al cardenal Martínez Sistach se le ha ocurrido decir que el aborto "no puede ser un derecho" porque "supone interrumpir una vida humana".
Afirma que "no es un tema de ideología, sino de fondo, el tema de la vida no es de derechas ni de izquierdas". No, se trata de un asunto sanitario y que afecta a la mujer, una parte de la sociedad por la que la Iglesia no ha tenido mucho respeto a lo largo de su historia. La Iglesia sigue pensando que la mujer es inferior y que no debe poder decidir sobre sí misma. Entiendo que la Iglesia alegue que defienden la vida humana, la del no nacido, porque es evidente que la de las mujeres a los señores obispos les preocupa muy poco. Para la Iglesia la mujer es sólo un objeto reproductivo, la estigmatizan y condenan al infierno si trata de salirse del camino marcado. Si, los diputados se equivocan, y lo hacen más veces de las que deberían hacerlo, pero a los diputados los elegimos nosotros, los obispos no, y los obispos también se equivocan, la gran diferencia es que mientras los diputados a veces reconocen el error los obispos insisten en el error hasta el infinito. Errar es humano, pero perseverar en el error es diabólico. Y no es muy bonito que aquellos que dicen ser ministros de Dios ejerzan de siervos del diablo.

2 comentaris:

Patric ha dit...

Entiendo que tradicionalmente la iglesia católica en España ha jugado un papel fundamental en la política, pero que hoy "hay una separación clarísima entre la Iglesia y la política, y a partir de ahí los católicos sabrán lo que tienen que hacer".
Hay personas católicas en España que piensan que "la Iglesia católica es "mucho más" de lo que representa el secretario de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Martínez Camino, quien ha advertido a los católicos de que si apoyan la ley del aborto están en "pecado público" y no pueden comulgar.".
Creo que las personas podemos tener distintas opiniones al respecto, estar a favor o en contra del aborto, pero que cada persona debe ser libre para elegir entre lo que considera bueno o malo y que nadie debe presionarlo para que elija de una u otra manera, porque si el hombre pierde la libertad de su voluntad para actuar no hay moral.
Los que tienen/tenían que votar el proyecto de reforma de la ley del aborto son los diputados y senadores, que tienen que votar no sólo en función de sus propias creencias sino de la de las personas, ciudadanos que representan.
Yo creo que las personas que pertenecen a la iglesia, como ciudadanos, tienen derecho a opinar, y creo también que ellos
tienen derecho de decir a las personas que son católicos lo que la iglesia piensa al respecto, pero no deben dirigirse a los diputados y senadores de la república de la misma manera.
Cuando se habla del derecho al aborto, creo que hay que considerar que el derecho de una persona termina cuando empieza el de otra. Y creo que el nuevo ser que va a nacer tiene derecho a su existencia. A menos que pensemos que el derecho a la vida o la muerte está en las manos de los padres y en este caso particularmente de la madre, ya que el cuerpo es de ella, ya que si el embarazo ha sido contra su voluntad podría tener derecho al aborto, pero si el embarazo ha sido voluntario el padre podría reclamar por la vida de ese hijo que también es parte suya. El tema no es tan simple, creo. Yo creo que en esos casos la mujer debe tener el hijo, y darlo en adopción si ella no lo quiere y tampoco el padre, o entregarlo al padre si él lo reclama para si y ella no lo quiere.

Jaume C. i B. ha dit...

Recomiendo leer este artículo sobre una cadena de televisión ultraderechista que promueve las tesis de la Igleisa.

http://buscantraons.blogspot.com/2009/11/el-disbarat-dintereconomia.html