25 de set. 2011

El conte d'en Saul i en Muhammad

El conte d'en Saul i en Muhammad




En Saul i en Muhammad eren veïns, l'Ajuntament els havia concedit un terreny i els va autoritzar a construir una casa. La condició era que ells s'havien de fer la casa i que aquesta havia de ser habitable. En Saul va aixecar una bonica casa amb un jardí on va plantar un parell d'arbres fruiters. Mentrestant en Muhammad passava els dies fent el ronso, va construir una barraca mal feta i al seu jardí va deixar que creixessin les males herbes.


Una nit en Muhammad va entrar a la propietat d'en Saul i va robar la fruita d'un dels arbres però va trencar la branca. Al dia següent en Saul va anar a parlar amb en Muhammad:


-Pots agafar la fruita, és per menjar, però no destrossis l'arbre – va dir en Saul.


-Jo faig el que vull – respongué en Muhammad.


Un parell de dies després en Muhammad va agafar fruita de l'altre arbre de la propietat d'en Saul i va causar més danys a aquest arbre. En Saul va oferir-li un parell d'esqueixos dels seus fruiters i va provar d'explicar-li com els havia de plantar però en Muhammad no volia aprendre com plantar els esqueixos, era més fàcil robar la fruita al veí i destrossar-li els seus arbres, i després poder seguir fent el ronso.


En Saul va anar a l'Ajuntament i va explicar la situació. L'Ajuntament va cridar a en Muhammad per a què expliqués la seva versió dels fets, en Muhammad no va voler anar adduint que ell no tenia res que parlar amb en Saul.


Com que en Muhammad seguia entrant a la seva propietat i causant danys als seus arbres en Saul va decidir aixecar una tàpia que impedís que en Muhammad entrés al seu jardí. En Muhammad va optar per dedicar-se a llançar pedres contra la casa d'en Saul fins que va trencar un vidre. En Saul va anar a parlar amb en Muhammad per demanar-li que deixés de tirar pedres, veient que en Muhammad no feia cas va anar a l'Ajuntament i va presentar una queixa però li van dir que no el podien atendre.


Un dia una de les pedres d'en Muhammad quasi toca un fill d'en Saul, aquest molt emprenyat va agafar la pedra més grossa que va trobar i la va llançar pel damunt de la tàpia, la pedra va esclafar la barraca d'en Muhammad amb en Muhammad dins, i en Muhammad va anar a l'Ajuntament i va queixar-se que en Saul li hagués llançat aquella pedra. Des de l'Ajuntament cridaren en Saul i li van recriminar que hagués llançat aquella pedra que havia destrossat la barraca d'en Muhammad. En Saul va respondre que si l'Ajuntament hagués reconvingut a en Muhammad quan ell va queixar-se de les pedres que en Muhammad llançava contra casa seva ara en Muhammad tindria la seva casa però ni en Muhammad havia volgut arribar a cap acord ni l'Ajuntament havia fet res per evitar que s'arribés a aquesta situació.


En Muhammad va refer la seva barraca per aixoplugar-se els dies de pluja però el desig declarat d'en Muhammad era quedar-se la casa i el terreny d'en Saul després de fer-lo fora o matar-lo. En Muhammad mai va complir amb les condicions i l'Ajuntament no li va exigir que les complís, en canvi eren molt perepunyetes exigint a Saul que complís les condicions.


Vídeo: El conflicto palestino-israelí: la verdad sobre "Cisjordania"











El cuento de Saul y Muhammad


Saul y Muhammad eran vecinos, el Ayuntamiento les había concedido un terreno y les autorizó a construir una casa. La condición era que ellos tenían que hacer la casa y que esta debía ser habitable. Saul levantó una bonita casa con un jardín donde plantó un par de árboles frutales. Mientras tanto Muhammad pasaba los días haciendo el remolón, construyó una choza mal hecha y en su jardín dejó que crecieran las malas hierbas.


Una noche Muhammad entró en la propiedad de Saul y robó la fruta de uno de los árboles pero rompió la rama. Al día siguiente Saul fue a hablar con Muhammad:


-Puedes coger la fruta, es para comer, pero no destroces el árbol - dijo Saul.


-Yo hago lo que quiero - respondió Muhammad.


Un par de días después Muhammad cogió fruta del otro árbol de la propiedad de Saul y causó más daños a este árbol. Saul le ofreció un par de esquejes de sus frutales y trató de explicarle cómo les había de hacer pero Muhammad no quería aprender como hacer los esquejes, era más fácil robar la fruta al vecino y destrozarle sus árboles, y luego poder seguir haciendo el remolón.


Saul fue al Ayuntamiento y explicó la situación. El Ayuntamiento llamó a Muhammad para que explicara su versión de los hechos, Muhammad no quiso ir aduciendo que él no tenía nada que hablar con Saul.


Como Muhammad seguía entrando en su propiedad y causando daños a sus árboles, Saul decidió levantar una tapia que impidiera que Muhammad entrara en su jardín. Muhammad optó por dedicarse a lanzar piedras contra la casa de Saul hasta que rompió un cristal. Saul fue a hablar con Mohamed para pedirle que dejara de tirar piedras, viendo que Muhammad no hacía caso fue al Ayuntamiento y presentó una queja pero le dijeron que no podían atenderle.


Un día una de las piedras de Muhammad casi toca un hijo de Saul, este muy enfadado cogió la piedra más grande que encontró y la lanzó por encima de la tapia, la piedra aplastó la barraca de Muhammad con Muhammad dentro, y Muhammad fue al Ayuntamiento y se quejó que Saul le hubiera lanzado esa piedra. Desde el Ayuntamiento llamaron a Saul y le recriminaron que hubiera lanzado esa piedra que había destrozado la barraca de Muhammad. Saul respondió que si el Ayuntamiento hubiera reconvenido a Muhammad cuando él se quejó de las piedras que Muhammad lanzaba contra su casa ahora Muhammad tendría su casa pero ni Muhammad había querido llegar a ningún acuerdo ni el Ayuntamiento había hecho nada para evitar que se llegara a esta situación.


Muhammad rehizo su choza para guarecerse los días de lluvia pero el deseo declarado de en Muhammad era quedarse con la casa y el terreno de en Saul después de echarlo o matarlo. Muhammad nunca cumplió con las condiciones y el Ayuntamiento no le exigió que las cumpliera, en cambio eran muy quisquillosos exigiendo a Saul que cumpliera las condiciones.

3 comentaris:

Patric ha dit...

Me parece un cuento bastante fuerte, pero creo que es sólo eso, un cuento. En los años 40 o 50 también podíamos leer algunos textos escritos por autores alemanes o ingleses que ponían: "los pueblos árabes están desparramados por el cercano oriente. Son comunidades aisladas que no han cambiado mucho desde los tiempos bíblicos"; " A pocas millas de Jerusalén un viajero puede cruzar un campamento de antiguas tribus con sus ovejas pastando junto a los oleoductos tendidos desde el valle del Eufrates hasta el puerto meditarráneo de Haifa. Pueden verse personas con rostros bronceados por el sol con sus ropajes flotantes que avanzan lentamente con una pareja de cansinos bueyes uncidos a una traqueteante carreta al mismo tiempo que hiende el aire, el fuerte ronquido del gigantesco avión de pasaje en su ruta del Cairo a Bagdad. No es sorprendente que existan tales contrastes en esa región, pues la ribera oriental del mediterráneo siempre ha sido foco de razas y culturas, eje de comercio y conflictos, país a la vez de orígenes religiosos y de revoluciones culturales."

Patric ha dit...

También decían lo siguiente en los años 50:
"En la costa de Palestina, se levanta la única ciudad del mundo completamente judía, Tel Aviv, que hace varios años era tierra desértica . Hoy (en aquellos años) es una ciudad moderna de más de 130.000 habitantes y donde prosperan viñas, plantaciones de algodón, vergeles de frutas, vastas granjas comunales perfectamente cultivadas. En manifiesto contraste con estos campos explotados con técnicas modernas aparecen los de los árabes, primitivamente cultivados, donde se desconoce el esfuerzo colectivo en la explotación agrícola. Los árabes se limitan a utilizan métodos medievales: arados de mano, caballos flacos en pequeñas haciendas individuales que ofrecen mísera compensación. En consecuencia miles de millas de tierra que podrían ser más fértiles quedan sin labrar o a medio labrar. El cultivo en pleno del suelo, la explotación máxima de los recursos son problemas urgentes, ello genera los problemas políticos(y humanos por lo que tu cuentas). Las colectividades existentes son muy diferentes en esa zona.

Jaume C. i B. ha dit...

Es un cuento, si, pero pero tiene mucho de real, por desgracia.
Tel Aviv fue una ciudad construida partiendo casi de cero.

Muhamad representa a los árabes, Saul a los palestinos, los vecinos serían los otros países y el ayuntamiento es la ONU.
Considerando que la mayoría de los países miembros de Naciones Unidas son países con gobiernos totalitarios, y que hay un gran número de países musulmanes, que lógicamente no van a apoyar a un país democrático como Israel si no a un futuro Estado que no tiene nada de democrático como es el palestino, el conflicto tiene difícil solución.
He escuchado a Abás y no he visto en sus palabras ninguna voluntad de llegar a acuerdos con Israel. Y no veo salvo excepciones una voluntad entre los países miembros de obligar a los palestinos a aceptar sentarse a negociar con Israel.