6 de maig 2008

El tongo de Eurovision

El concurso de la canción de Eurovisión ha sido siempre una especie de feria de los freakies alrededor del cual se han montado las más extrañas historias. No nos engañemos, el tema de los votos tiene más tongo que un combate de boxeo amañado. Ahora han montado una polémica alrededor de la compra de votos que en la edición de 1968 permitió a Masiel ganar con una horrible canción que yo no usaría ni para torturar al peor de mis enemigos.
Parece ser que Paquito (conocido también como Caudillo, Generalísimo o Franco) ordenó - esta vez no fue que ejecutaran a nadie - comprar los votos para lograr cierto prestigio internacional. Prestigio y Eurovisión son un oximoron, aunque quien sabe que debía considerar prestigio el tío Paco.