Se trata del teniente Yaniv, piloto de escuadrilla de helicópteros.
¿Cómo concilia los extremos cuidados que Israel dice que tuvo para no perjudicar a población civil con lo que se vio en el terreno?El problema es que Hamas usa a los civiles como escudos humanos. Tenemos películas que demuestran que disparan desde hospitales, mezquitas, escuelas.. Mi responsabilidad, como piloto, es ante todo proteger a mi país, civiles y soldados, y luego, dañar lo mínimo posible a los civiles del otro lado, hacer todos los esfuerzos necesarios para que no se vean perjudicados.
Pero sí se vieron perjudicados...Es imposible evitarlo totalmente. La guerra es algo terrible en la que las dos partes pagan un duro precio. Y el hecho es que en una guerra también hay errores, aunque tratemos de evitarlos. El mejor ejemplo de ello es que en el operativo la mayor parte de los soldados israelíes muertos y heridos, fueron alcanzados por fuego de sus propios compañeros.
¿Podría darme un ejemplo de una medida concreta que aplican para reducir, según dice, el riesgo de daño a civiles?Hay algo que llamamos 'tocar a la puerta' y es un ejemplo clásico de ese esfuerzo. Nosotros tenemos información de inteligencia según la cual en determinada casa hay depósitos de armas, municiones, explosivos, misiles, cosas así. El ejército llama a esa casa y avisa que como hay allí todo lo que expliqué, se va a atacar el lugar, exhortando a los civiles a que salgan para que no se arriesguen. Lo increíble es que al hacer ese llamado de advertencia, me ponen a mó o al piloto que venga a atacar en peligro, ya que ahora ya no será sorpresa y pueden esperarnos e intentar derribarnos.
¿Qué sintió al comprobar cómo quedaron algunas partes de Gaza?Como ser humano, creo que no hay quien mire las imágenes y no sienta algo difícil. Pero tenemos que proteger a nuestro país, a nuestros civiles, y no tuvimos más remedio que salir a este operativo, tras ocho años en los que no respondimos para nada a los misiles. Están esas duras imágenes de Gaza, y yo veo también las imágenes de los niños de Sderot, que hace ocho años corren permanentemente a los refugios, sin saber si alcanzarán a esconderse antes de que impacte el misil. Por eso no queremos guerra. Pero mientras haya, debemos luchar. Y espero que al final, lleguemos a la paz.
JANA BERIS
JERUSALÉN
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada