No m’entengueu malament, però sempre m’ha fet gràcia aquests
típics fatxendes espanyolistes que parlin del que parlin ho facin amb els
collons o altres genitals a la boca. I que consti que no estic parlant de sexe
oral o d’alguna altra postura extreta del Kamasutra. Parlo d’un polític del
Partit Popular, Carlos Delgado, conseller de turisme del govern balear, un
personatge que va decidir posar davant les càmeres amb els collons (testicles) d’un
cérvol damunt del cap. El pobre cérvol caçat per aquest polític que sembla
sortit de la pel·lícula de Berlanga, “La escopeta nacional”, no només va ser
caçat per aquest individu cavernari i primitiu, sinó que va haver de patir la
humiliació que el bípede peper es posés els collons de la pobra bèstia com si
fos un barret, i el més desagradable com podeu veure a la foto és que encara
regalimaven sang. Això si, queda clar que el cérvol tenia els collons més grans
que el cervell del conseller de turisme.
Con los cojones (de ciervo) ... por sombrero
No me entendáis mal, pero siempre me ha hecho gracia estos
típicos fanfarrones españolistas que hablen de lo que hablen lo hagan con los
cojones u otros genitales en la boca. Y que conste que no estoy hablando de
sexo oral o de alguna otra postura extraída del Kamasutra. Hablo de un político
del Partido Popular, Carlos Delgado, consejero de turismo del gobierno balear,
un personaje que decidió posar ante las cámaras con los cojones (testículos) de
un ciervo encima de la cabeza. El pobre ciervo cazado por este político que
parece salido de la película de Berlanga, "La escopeta nacional", no
sólo fue cazado por este individuo cavernario y primitivo, sino que tuvo que
sufrir la humillación de que el bípedo pepero se pusiera los cojones de la
pobre bestia como si fuera un sombrero, y lo más desagradable como podéis ver
en la foto es que todavía goteaban sangre. Eso si, queda claro que el ciervo
tenía los cojones más grandes que el cerebro del consejero de turismo.
2 comentaris:
Qué locura..!
Hay cada pájaro suelto por las Españas que ni te puedes llegar a imaginar.
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