No es tracta de cap relat de por, més aviat d'un fet increïble però real. L'alcalde de Tiurana - Antoni Armengol - va dimitir per motius personals i als senyors de la Junta Electoral, ens que pertany al ministeri de l'Interior, no se'ls va ocórrer cap disbarat més gran que nomenar alcaldessa substituta a María Yolanda Larrén. Aquesta senyora formava part d'una llista fictícia del PP de la que formaven part militants del PP que resideixen en municipis repartits per tota la geografia espanyola, cap d'ells viu ni a Tiurana ni a Catalunya.
S'hauria d'exigir que els candidats de les llistes siguin residents. No s'hauria de permetre crear llistes fantasma amb persones que ni tan sols viuen ni en el municipi ni a la comarca, ni a la província ni a Catalunya.
La alcaldesa fantasma
No se trata de ningún relato de miedo, más bien se trata de un hecho increíble pero real. El alcalde de Tiurana - Antoni Armengol - dimitió por motivos personales y a los señores de la Junta Electoral, ente que pertenece al ministerio del Interior, no se les ocurrió ningún disparate más grande que nombrar alcaldesa sustituta a María Yolanda Larrén. Esta señora formaba parte de una lista ficticia del PP de la que formaban parte militantes del PP que residen en municipios repartidos por toda la geografía española, ninguno de elos vive ni a Tiurana ni a Catalunya.
Se debería exigir que los candidatos de las listas sean residentes. No se debería permitir crear listas fantasma con personas que ni tan siquiera viven ni en el municipio ni en la comarca, ni en la provincia ni en Catalunya.
2 comentaris:
Totalmente de acuerdo contigo. El problema de los políticos es que "ellos se lo guisan y ellos se lo comen".Somos una democracia todavia muy joven, y aún le queda mucho por aprender a la clase política de este país. Empezando porque no nos tomen el pelo... Un abrazo
Así es, creo que en efecto tenemos una democracia joven a la que le sobran demasiados vicios de otras épocas.
Como he podido ver en tu blog eres un buen conocedor de la historia y sabes que los fraudes electorales en algunas épocas han sido algo tan habitual como beber agua. Los pucherazos estaban a la orden del día. Pero aquellos eran otros tiempos, lo que no es normal, no debería serlo, es que trampas electorales tan chapuceras se produzcan ahora. Saludos y gracias por tu opinión.
Publica un comentari a l'entrada