Considerant a quina edat se sol aprendre a llegir i escriure, i quina edat tinc ara, deu fer uns 36 anys que embruto papers amb els meus gargots. Oblidem-nos dels papers que vaig embrutar quan era estudiant prenent apunts o fen exercicis, algú hauria de pensar en com són de perjudicials pels boscos les escoles, un veritable atemptat ecològic, i limitem-nos a tot el que dec haver escrit només per lleure, ara que ho penso, deu ser molt. Per sort, Internet i els blocs m'han permès deixar d'atemptar contra els boscos i dedicar-me a contaminar la xarxa amb les meves opinions.
Tinc, no sé si considerar-ho una virtut o un defecte, la capacitat de treure de polleguera algunes persones. Dec haver publicat més de dos mil articles però dec haver escrit un 1/3 més que mai he publicat per diverses raons. M'han acusat de ser àcid, mordaç, tenir mala baba, i reconec que moltes vegades pot ser cert encara que no fos intencionat. També cal dir que aquestes apreciacions poder tenir a veure més amb el punt de vista de qui em llegeix que des del meu. Qualsevol text escrit pot ser entés de maneres molt diferents per persones diverses. M'he adonat que algunes persones allò que més els pot molestar no és el conjunt del text sinó aquelles frases que solem anomenar falques, que en realitat són prescindibles però que són un recurs retòric habitual a qualsevol escrit i també dels discursos.
Ja suposava que les opinions i els temes sobre els que escric podien fer emprenyar a algunes persones, mai ningú s'enfadarà amb tu si mai saben que n'opines, però el que no podia imaginar ha estat que un tema tan anodí com el que vaig escriure sobre una presumpta obra d'art d'un museu de Dortmund fos l'origen d'una agra polèmica. Tampoc podia creure que un article en què denunciava el deteriorament de la Plaça Urquinaona de Barcelona arribés a enfurismar algunes persones que van considerar que els meus comentaris eren excessivament àcids. Puc entendre que quan escric de política, religió o futbol hi hagi gent que s'emprenyi com una mona, aquests són els tres temes dels que no has de parlar mai si vols viure sense barallar-te amb ningú, i dos d'aquests temes són del que tracten la majoria dels articles que he escrit. Els artistes solen ser persones molt susceptibles, especialment si critiques la seva obra, i solen ser-ho aquells artistes l'obra dels quals sembla qualsevol cosa menys una obra d'art. La religió, la política i el futbol, juntament amb l'amor i l'odi, poden aconseguir que perdem els oremus, en un cas perquè s'ataquin les nostres conviccions personals i en l'altre perquè poques coses hi ha de tan poc racionals com els sentiments.
No puc negar que hi ha alguna vegada que puc haver estat excessivament sardònic quan he expressat les meves opinions, de vegades és difícil preveure quin efecte tindran les nostres paraules en aquells que les escolten o llegeixen. I reconec que abans solia anar amb peus de plom més en les formes que en el fons, intentava suavitzar les paraules molt però soc partidari de dir les coses com són.
No tot el que escric ho penjo, hi ha coses que són impublicables tot i que en el moment d'escriure-les no soc conscient de la duresa, però quan començo a corregir me n'adono que hauria de canviar tantes coses per poder-ho publicar que el text perdria totalment el sentit que li vaig voler donar.
No és que em molesti que la gent quan llegeix alguna cosa meva es quedi només amb l'anècdota d'una frase sarcàstica, grollera o amb doble sentit i oblidi la resta del text, en realitat no em preocupa, però si que agrairia que la gent quan llegeixi el que escric faci el favor d'opinar sobre el conjunt no sobre una part que pot ser una broma però que el fet que hi sigui o que no, no canvia pas el conjunt.
Mis opiniones y yo
Considerando a qué edad se suele aprender a leer y escribir, y qué edad tengo ahora, hará unos 36 años que ensucio papeles con mis garabatos. Olvidémonos de los papeles que me ensuciar cuando era estudiante tomando apuntes o haciendo ejercicios, alguien debería pensar en cómo son perjudiciales para los bosques las escuelas, un verdadero atentado ecológico, y limitémonos a todo lo que debo haber escrito sólo por ocio , ahora que lo pienso, debe ser mucho. Por suerte, Internet y los blogs me han permitido dejar de atentar contra los bosques y dedicarme a contaminar la red con mis opiniones.
Tengo, no sé si considerarlo una virtud o un defecto, la capacidad de sacar de quicio algunas personas. Debo haber publicado más de dos mil artículos pero debo haber escrito un tercio más que nunca he publicado por varias razones. Me han acusado de ser ácido, mordaz, tener mala baba, y reconozco que muchas veces puede ser cierto aunque no fuera intencionado. También hay que decir que estas apreciaciones poder tener que ver más con el punto de vista de quien me lee que desde mi. Cualquier texto escrito puede ser entendido de maneras muy diferentes para personas diferentes. Me he dado cuenta de que algunas personas lo que más les puede molestar no es el conjunto del texto sino esas frases que solemos llamar cuñas, que en realidad son prescindibles pero que son un recurso retórico habitual en cualquier escrito y también de los discursos.
Ya suponía que las opiniones y los temas sobre los que escribo podían hacer fastidiar a algunas personas, nadie se enfadará contigo si nunca saben que opinas, pero lo que no podía imaginar ha sido que un tema tan anodino como el que escribí sobre una presunta obra de arte de un museo de Dortmund fuera el origen de una agria polémica. Tampoco podía creer que un artículo en el que denunciaba el deterioro de la Plaza Urquinaona de Barcelona llegara a enfureció algunas personas que consideraron que mis comentarios eran excesivamente ácidos.Puedo entender que cuando escribo de política, religión o fútbol haya gente que se enfada como una mona, estos son los tres temas de los que no tienes que hablar si quieres vivir sin pelearte con nadie, y dos de estos temas son lo que tratan la mayoría de los artículos que he escrito. Los artistas suelen ser personas muy susceptibles, especialmente si criticas su obra, y suelen serlo aquellos artistas cuya obra parece cualquier cosa menos una obra de arte. La religión, la política y el fútbol, junto con el amor y el odio, pueden conseguir que perdamos los oremus, en un caso porque se ataquen nuestras convicciones personales y en el otro porque pocas cosas hay tan pocoracionales como los sentimientos.
No puedo negar que hay alguna vez que puedo haber sido excesivamente sardónico cuando he expresado mis opiniones, a veces es difícil prever qué efecto tendrán nuestras palabras en los que las escuchan o leen. Y reconozco que antes solía ir con pies de plomo más en las formas que en el fondo, intentaba suavizar las palabras muy pero soy partidario de decir las cosas como son.
No todo lo que escribo lo cuelgo, hay cosas que son impublicables aunque en el momento de escribirlas no soy consciente de la dureza, pero cuando empiezo a corregir me doy cuenta que tendría que cambiar tantas cosas para poder lo publicó que el texto perdería totalmente el sentido que le quise dar.
No es que me moleste que la gente cuando lee algo mío se quede sólo con la anécdota de una frase sarcástica, grosera o con doble sentido y olvide el resto del texto, en realidad no me preocupa, pero sí que agradecería que la gente cuando lea lo que escribo haga el favor de opinar sobre el conjunto no sobre una parte que puede ser una broma pero que el hecho de que sea o no, no cambia paso el conjunto.
5 comentaris:
Mmmm así que te consideras contaminante.. tú lo dices. Lo que si creo es que eres bastante mordaz. También es posible que algunas apreciaciones cambien según la persona que las lee. A veces uno piensa que lo que escribió está bien y para otros puede resultar algo terrible o inaceptable. En general creo que ninguna de tus opiniones ha llegado a ese extremo para mi. Aunque a veces no pensamos igual. Bueno las frases llamadas cuñas que tú usas a veces me afectan, pero me he dado cuenta que ya no las usas tanto porque te concentras más en los argumentos. Unas veces he pensado que cuando usas algunas expresiones toscas o groseras es porque estás molesto con algo, en oposición a otras veces en que lo que escribes es como un plácido remanso. Tu estilo siempre va a encontrar confrontación y creo que lo importante es que no aburra.
De acuerdo creo que "La religión, la política y el fútbol, junto con el amor y el odio, pueden conseguir que perdamos... los estribos digo yo. Estoy de acuerdo que hay que decir las cosas como tú crees que son, aunque a veces no siempre son como uno cree, pienso yo.
De acuerdo, a veces yo también prefiero no seguir una discusión cuando no va a ninguna parte, tu dices que prefieres no publicar algunas cosas. Yo trato de opinar sobre el conjunto de lo que escribes pero a veces tus artículos son muy extensos entonces tomo sólo una parte.O a veces estoy de acuerdo en general y no necesito decir nada sólo destacar algún detalle.
Cuando escribo un texto demasiado largo puede ocurrir que quien me lee se quede dormido, introduzco esas cuñas como un toque de atención, otras veces son pura provocación sabiendo que hay temas que pueden molestar a algunas personas, pero en general esas cuñas son un recurso retórico.
Reconozco que muchas veces cuando digo algo lo digo de esa manera sabiendo que puedo molestar a alguien, es decir, soy consciente del sentido que le he dado al texto empleando esas palabras y no otras, pero también hay veces que mis palabras pueden molestar a alguien y no era esa la intención.
No publico todo lo que escribo, hay cosas que cuando las reviso me doy cuenta que el tono las convierte en impublicables, y simplemente las guardo sin publicarlas en el blog.
Si no quieres discutir nunca con nadie no debes tratar sobre política, fútbol o religión, la mayoría de las personas creen en algo - incluso los ateos -, tienen ideología o son aficionados a un equipo de fútbol. No hay grandes controversias sobre la papiroflexia pero por Dios, por Marx o por el fútbol se ha llegado a las manos.
A mi me desespera un texto demasiado largo. Pienso que lo que tu escribes no es un texto literario por tanto importa más el contenido que la forma. Pienso que si quieres destacar algo puedes colocarlño entre comillas, subrayarlo o colocarlo de otro color. Los recursos retóricos se utilizan mucho en la literatura.
En efecto, yo no hago literatura, yo hago opinión, y por tanto la forma es secundaria. La literatura puede tener unos esquemas pero un artículo de opinión no lo necesita. Simplemente estoy plasmando mis pensamientos por escrito. Si bien, a diferencia de una opinión oral una opinión escrita permite darle una estructura y meditar más los términos.
Estamos de acuerdo.
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