Hay dos plazas en Barcelona que han sido siempre polémicas: la Plaza de las Glòries y la Plaza Lesseps. Cualquier reforma urbanística siempre está expuesta a las críticas, especialmente por parte de los vecinos, pero estas dos plazas no consiguen dejar contento a nadie.
Hoy no hablaré de la plaza Lesseps pero si de la plaza de las Glòries y de la plaza actualmente conocida con el nombre de plaza Juan Carlos I.
La plaza de las Glòries Se ha desmantelado el tambor de la plaza de las Glòries, ahora queda pendiente el resto de la estructura, aún en uso. No hay un plan claro ni consensuado del Pleno del Ayuntamiento. Los partidos de la oposición no quieren avalar el nuevo proyecto para la plaza de las Glòries, unos 140.000 metros cuadrados que incluyen el soterramiento de la Gran Vía, es decir, el tráfico que ahora circula por la estructura elevada circularía por un túnel subterráneo que pasaría por debajo de la plaza. Otro idea era construir en ese espacio un edificio para instalar en él el Parlamento, actualmente en el edificio que había sido el polvorín de la fortaleza de la Ciutadella. Creo que el Parlamento debe estar en el edificio que ahora ocupa, aunque entiendo que un Parlamento del siglo XXI tiene unas necesidades de espacio que el actual edificio no permite, pero sigo pensando que el Parlamento debe permanecer donde está y que si el Parlamento tiene necesidades para acomodar servicios auxiliares si que podría buscarse otro edificio.El arquitecto Daniel Mòdol que dirigía el proyecto durante el mandato de Hereu fue contratado por el alcalde Trias, pero ha decidido presentar su dimisión. Debe de estar harto de que cada día le hagan cambios.
Plaza del Cinco de Oros El pleno del distrito de Gràcia ha pedido a la comisión del nomenclátor de Barcelona que cambie el nombre actual de la plaza Juan Carlos I por el antiguo de plaza Cinco de Oros. Esta iniciativa fue aprobada por los votos del PSC e ICV, CiU y ERC se abstuvieron. En esta plaza situada en el cruce de la Avenida Diagonal y el Paseo de Gracia existe un monumento originalmente erigido en honor a Francesc Pi i Margall, presidente de la Primera República y por eso el líder del grupo municipal de ICV en el Ayuntamiento de Barcelona cree que "es un contrasentido que ahora se llame como el monarca". El monumento inaugurado el 12 de abril de 1936 presenta un obelisco en cuya cima había originalmente una escultura de una mujer desnuda que era una alegoría de la República, esta escultura obra de Josep Viladomat está actualmente en la plaza Llucmajor. Al pie del monumento había un medallón con la efigie de Pi y Margall. La escultura fue desmontada y el medallón fue retirado cuando entraron en la ciudad los fascistas. Del monumento fueron retirados no hace tantos años toda la simbología fascista con que la dictadura la había construido.